En relación con el artículo de esta mañana sobre la caída de la demanda de vivienda protegida, Atlántico se hace también eco del endurecimiento del acceso a la financiación a los posibles adquirientes de vivienda protegida
Los obstáculos bancarios frenan la adjudicación de viviendas protegidas
Las últimas promociones de Navia y Casco Vello sufren renuncias al no conseguir créditos hipotecarios
El esfuerzo que se está realizando por parte de las administraciones para facilitar el acceso a una vivienda a los vigueses se está encontrando de frente con la negativa de las entidades bancarias a conceder créditos hipotecarios.
La situación se ha puesto de manifiesto en una de las últimas promociones en Navia, donde Rabo de Galo sacó a concurso tres bloques de viviendas de protección oficial.
En total, casi 240 viviendas repartidas en fases, la más reciente, de dos bloques sorteadas hace sólo unos días. En marzo, salía uno anterior, de unas 88 viviendas, de las cuales sólo han logrado venderse la mitad tras la renuncia de los agraciados por sorteo al no conseguir el crédito bancario para hacer frente al pago del inmueble.
De las más de 250 personas en reserva, la lista va disminuyendo y ya sobrepasa al número 50 en una situación que nadie se esperaba.
Los requisitos que las entidades financieras exigen a los adjudicatarias para concederles la hipoteca son cada vez más exigentes, algo que se contrapone con el perfil de demandante de estas viviendas, por lo general personas jóvenes sin contrato fijo o familias monoparentales.
Lo cierto es que el precio de los pisos es más elevado del que se está pidiendo por los inmuebles ofertados por el Consorcio del Casco Vello en el barrio histórico, sin embargo, las condiciones son muy diferentes, ya que se trata de inmuebles que van desde los 90 metros cuadrados a los dúplex de 130 o 140 vendiéndose así por entre 150.000 y 207.000 euros, cantidades mucho más bajas que las que se solicitan en el mercado inmobiliario.
Así, los graves problemas con los que se encuentran buena parte de 1.500 vigueses apuntados al Registro Único de Demandantes de Viviendas por no poder contar con la confianza de las entidades bancarias también ha influido incluso en las últimas promociones del Casco Vello.Con precios de entre 83.000 a 139.000 euros en las 19 viviendas de las calles Santiago, Real y Abeleira Menéndez, la lista de adjudicatarios por sorteo también ha ido tirando de reservas, aunque en menor medida. Del medio centenar en espera, cerca de media docena han podido optar tras la renuncia de los agraciados con las viviendas. El problema, el mismo que en Navia, la falta de crédito.
Aún así, sólo dos pisos han quedado por el momento sin vender y esta misma semana se hará la entrega de llaves a los 17 nuevos propietarios que sí han logrado financiación para sus viviendas.
Precisamente, este tipo de problemas con los que se encuentran los solicitantes después de haber estado años de espera y de haber pasado varias cribas por sorteos, han obligado también a elegir, en el caso de las promociones autonómicas en Navia, la alternativa del alquiler, algo que en el caso de la promoción concertada no se ofrece, al tratarse de una empresa privada.
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